Mejor Amigo Recibe Paja Rusa de Rubia Tatuada

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Samy era una mujer de 35 años, delgada y atlética, con numerosos tatuajes tribales que cubrían su piel pálida. Aunque era milf, Samy mantenía un cuerpo escultural que le permitía vestir outfits ajustados y sexys que volvían locos a los hombres.

Samy tenía un secreto: era adicta a las «pajas rusas«, ondeantes y prolongadas sesiones de masturbación que duraban horas y alcanzaban orgasmos intensísimos. Nada la excitaba más que ver vídeos de chicas atractivas teniendo múltiples orgasmos y corriéndose sin parar.

Samy acababa de descubrir un canal de pornografía en 4K centrado en sesiones de paja rusa, y no podía apartarse. Sus sesiones se volvieron cada vez más largas y salvajes, descuidando incluso su trabajo como personal trainer. Sus manos y dedos comenzaron a doler de tanto frotar, pero el placer era incomparable.

Un día, Samy estaba tan concentrada en un vídeo que no se percató de que tenía la puerta abierta. Su instructor y mejor amigo, Max, la vio masturbándose salvajemente en el sofá, con los dedos profundamente metidos en su coño. Samy se sonrojó violentamente al verse descubierta.

Max se había quedado con la boca abierta, impresionado por la intensidad de la sesión y la belleza de Samy completamente sonrojada. Le explicó a Samy que él también estaba obsesionado con las pajas rusas, y con las chicas que alcanzaban orgasmos poderosos.

Samy no pudo evitar sentirse excitada al descubrir su secreto con Max. Regresó junto a él al sofá y comenzaron a masturbarse juntos, explorando cada vez más sus fantasías y deseos más salvajes. Una sesión de tres horas de intensa exploración los llevó al nivel de placer más alto imaginable. Samy nunca se sintió más viva y deseada como en aquellos brazos. Una conexión que derribó tabúes andaba a punto de nacer.